La Cumbre, en la cual participó el Presidente cubano, devino en espacio de solidaridad y apoyo a Venezuela. Autor: Estudios Revolución Publicado: 21/08/2025 | 02:24 am
El rechazo absoluto y unánime de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) a todas las formas de dominio imperial y a las amenazas contra nuestras naciones, fue ratificado este miércoles durante la 13ra. Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y Gobierno del mecanismo integrador, la cual se realizó de forma virtual desde Venezuela.
Varios líderes regionales, incluyendo al Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el mandatario venezolano, Nicolás Maduro Moros; el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora; los copresidentes de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo; así como el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; de Antigua y Barbuda, Gaston Browne; y representantes de Dominica, Granada y San Cristóbal y Nieves, participaron en el cónclave.
Luego de trasladar a los hermanos de Nuestra América «un saludo cordial del General de Ejército Raúl Castro Ruz», el Jefe de Estado cubano —el primer dignatario al cual el Presidente Nicolás Maduro ofreció el derecho a la palabra— expresó a todos que «la diplomacia de las cañoneras regresa al Caribe. Barcos, aviones, un submarino y miles de efectivos estadunidenses son desplegados en la región, esta vez con el pretexto de luchar contra el narcotráfico y grupos criminales que ponen en riesgo la seguridad de los Estados Unidos».
Díaz-Canel —quien estuvo acompañado en este espacio por el miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; y el integrante del Comité Central y jefe del Departamento de Relaciones Internacionales, Emilio Lozada García—, expresó el respaldo absoluto de Cuba al pueblo de Venezuela frente a lo que calificó como una agresiones por parte de la actual administración de Donald Trump.
Más adelante, afirmó que «vivimos tiempos de enormes desafíos y riesgos excepcionales». Y entonces denunció que «el imperialismo, en el despliegue de su ofensiva hegemonista y agresiva, evidencia que no tiene intención de detenerse ante los límites que le impongan el Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas, y décadas de resoluciones y declaraciones regionales y universales contra la coerción, la amenaza, la interferencia en los asuntos internos de otros Estados, y la intervención».
Frente a esta arremetida, Díaz-Canel llamó a que la solidaridad y la unidad inquebrantables sean nuestros escudos. «Estados Unidos, ¿qué pretende?: Pretende dividirnos con su política de presiones y bloqueos; se propone debilitarnos con discursos de odio y acciones desestabilizadoras. Pero nuestra historia —y no lo olvidemos— está marcada, desde los ancestros indígenas, y también desde lo mejor y más popular que nos legaron África, Asia y la propia Europa, por la resistencia y la victoria de los pueblos cohesionados», recordó.
LA DIGNIDAD NO SE NEGOCIA Y LA PAZ NO SE MILITARIZA
El Presidente venezolano aseguró que la unión es lo que nos ha hecho fuertes, y la unión es la gran lección que sacamos de los gigantes como Fidel, como Chávez, como el ALBA. Foto: Prensa Presidencial de Venezuela.
Por su parte, Maduro Moros enfatizó que estos encuentros sirven para «actualizar todo lo que tiene que ver con los planes de cooperación permanente y pasar revista sobre la coyuntura movida que tenemos en el continente».
En ese sentido, se refirió específicamente a las agresiones del «imperio norteamericano» contra los pueblos y Gobiernos progresistas de la región. Reflexionó que, si algo caracteriza esta época que estamos transitando, es el carácter cruel y la normalización del crimen en toda su expresión, como esos bombardeos contra pueblos nobles, desarmados e indefensos como el pueblo palestino.
El dirigente bolivariano describió a América Latina y el Caribe como un territorio en disputa entre las fuerzas del pueblo —fuerzas independentistas, de avance y lucha— y las fuerzas oscurantistas del imperio estadounidense. Dijo que se trata de un «pulso permanente», y que el ALBA nació al calor de ese pulso.
Recordó frutos del ALBA como los procesos masivos de alfabetización, o como la Misión Milagro —que devolvió la vista a los campesinos, a los obreros—, o como las misiones de Salud, extraordinarias. Nuestro pueblo está profundamente agradecido, expresó, por la misión médica cubana que está entre los humildes.
«Somos una Alianza de guerreros y de guerreras por la paz», dijo el Presidente Venezolano, quien recalcó que el ALBA siempre estuvo de primera en la solidaridad, en la unión, y ha estado de primera, acompañando al pueblo de Palestina.
Precisamente un punto central de su discurso resultó la condena enérgica a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza. Calificó los hechos como un «genocidio del régimen sionista de Israel contra los civiles palestinos». Además, denunció la oleada de agresiones por parte de quienes «se creen dueños del mundo» y reafirmó la fortaleza de la alianza regional como baluarte de la paz y la soberanía.
En sus palabras, el Presidente venezolano rindió homenaje a los fundadores del
ALBA-TCP, describiendo al bloque como una «alianza de guerreros y guerreras por la paz» forjada en el pensamiento y la acción de líderes como Fidel Castro Ruz, Hugo Chávez Frías y Raúl Castro Ruz.
Un país que sufrió directamente en décadas pasadas la arremetida de la arrogancia estadounidense fue la hermana República de Nicaragua. Por eso, durante esta Cumbre, el copresidente de esa nación centroamericana, Daniel Ortega, fue contundente al expresar que «el terror de los imperialistas es que surjan Gobiernos progresistas y revolucionario».
Además, denunció también los acontecimientos en Gaza, y recordó que el imperio siempre ha actuado con la fuerza de la violencia, lanzando bombas atómicas, como la de Hiroshima y Nagasaki. Lo increíble, dijo, es cuán sumisamente reacciona la comunidad internacional.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia aseguró que «el fascismo nos asecha y los pueblos de América Latina debemos resistir y vencer», a la vez que ratificó que «la dignidad no se negocia y la paz no se militariza».
Además, afirmó que «participamos en esta Cumbre apremiados por hacer efectiva nuestra solidaridad con Venezuela», una nación soberana que se encuentra amenazada injustamente por el imperio.
Mientras que Ralph Gonsalves —en nombre de los primeros ministros de los países caribeños del ALBA-TCP—, expresó que la Alianza debe dar un impulso a la agenda de la Cumbre en medio de una desafortunada intensificación de las actividades contra Venezuela y Cuba, por parte de algunas fuerzas políticas de norteamérica.
Al referirse directamente al imperialismo estadounidense dijo que «siempre habrá una amenaza sobre nosotros». Por eso, recalcó, «tenemos que trabajar juntos, basados en la solidaridad, y protegernos tanto como sea posible en la práctica».