Es Rafah, el paso fronterizo entre Egipto y la Franja de Gaza. El implacable sol levantino hace muy dura la existencia de unos 6 000 palestinos que esperan poder reingresar a Gaza. Muchos habían viajado al vecino país a visitar a sus familiares o a recibir tratamiento médico.
Meses atrás, comentábamos en el texto Mi niña y David Beckham sobre la negativa influencia de los fotomontajes que alejan a las personas de su contexto social, realidad y espacio físico. El fenómeno al cual aludiremos hoy transporta a los niños al país de nunca jamás: no al de Peter Pan, sino al del mercado, al de las mentiras y antivalores del show business mundial.
El mandatario George W. Bush le tiró la toalla completa al ex ayudante de la Casa Blanca I. Lewis Libby, alias Scooter, al conmutarle la sentencia de prisión, y está dispuesto a perdonar por completo a quien fue hasta no hace mucho el jefe del staff del vicepresidente Dick Cheney.
«Yo desarmo este teléfono y no encuentro la bandera argentina en ninguna parte», decía Neustadt1, abogando por la entrega al capital extranjero de las empresas nacionales, lo que finalmente se concretó en los 90.
Querida Rosa Miriam:
La sabiduría criolla sentencia que no es lo mismo yunque que martillo. Y aunque en un escenario ideal poco podría alimentarse entre nosotros esa creencia, en el real es común tropezar con la distancia entre el prisma de algunos funcionarios y el de los tristes mortales.
—Oye, dicen que viene una resolución dura a partir de las vacaciones: las hormigas locas van a picar más fuerte que las bravas.
El sábado saqué a pasear a mis hijos por algunos sitios de mi ciudad de Cienfuegos. En medio del camino, llegamos a un centro grastronómico donde un grupo —dicen que infantil— hacía chistes supuestamente dirigidos a los niños.
Se dice que cada quien tiene un muerto en su placard. Los de la CIA deben ser enormes para esconder los suyos y esta semana ha comenzado a desclasificar documentos secretos que hablan de secuestros, infiltración y espionaje del movimiento contra la guerra de Vietnam, intentos de asesinato, allanamientos ilegales, escuchas telefónicas de periodistas calificados de «disidentes» por su postura pacifista, experimentos psicológicos con personas y otras «joyas de la familia», como se las llama en la Agencia. Lo anunció su director, el general Michael V. Haiden, y consideró benignamente que las 693 páginas que contienen el elenco de cadáveres son «un vistazo a una época muy diferente y a una Agencia muy diferente». Haciendo a un lado Guantánamo, Abu Ghraib, Iraq, Afganistán, Sudán, Cuba, Venezuela, Colombia, los vuelos clandestinos a Europa con secuestrados en otros países y largos etcéteras, el general Haiden estaría diciendo la verdad.
Tenían entre 18 y 21 años, y en poco menos de una quincena retornarían a casa. De los seis —todos ciudadanos españoles—, tres eran de origen colombiano.