Dicen que las miserias humanas sacan a relucir lo peor de las personas en las situaciones extremas, axioma que me niego a compartir. La razón en este caso me la otorgan las redes sociales cibernéticas, espacios que florecieron en los últimos tiempos para recortar distancias humanas a través de Internet, acaso como una alternativa ante la despersonalización que sufre la humanidad en esta «era de la información»
A principios de enero leí un mensaje de Tony, nuestro Antonio Guerrero, publicado en el sitio web Cubadebate. Entonces tuve la sensación de que el héroe descendía de alguno de las innumerables vallas que en nuestra patria tratan de elevar a los Cinco, de honrarlos —ojalá se pudiera como se merecen— y me hablaba al oído.
¿Qué es lo que más me inquieta de nuestro país?, me preguntan. Y yo podría responder con una pregunta similar. Porque supongo que todos cuantos sientan de verdad el suelo, el paisaje y la comunidad que llamamos patria, tendrá que inquietarse por Cuba y su destino.
La noticia es triste en su irreversibilidad: ha solicitado su jubilación la Doctora Miriam Rodríguez Betancourt, a quien califiqué un día como Profesora Infinita en cierta crónica sobre el periodista cubano. No me resigno a que se vaya a casa, a acariciar sus gatos, esa cátedra andante con más de cuatro décadas en la Universidad de La Habana. Cómo podrá viajar al sosiego quien ha formado a generaciones de periodistas, con su imperturbable oficio de enseñar los secretos, bellezas y deberes de la palabra a tiempo.
Con la celebración este miércoles de 175 asambleas demostrativas, una por cada municipio del país, y de otras seis por interés de las máximas autoridades electorales de la nación, se inicia el proceso de nominación de candidatos a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular.
Después de 18 años de estar haciéndole daño a Cuba en el Congreso de Estados Unidos, el representante federal de origen cubano, ahijado del tristemente célebre Fulgencio Batista y Zaldívar, Lincoln Díaz Balart, hace unos días anunció sorpresivamente que no volvería a aspirar al cargo y que, por lo tanto, se retiraría cuando acabe su período, en enero próximo.
No se trata de tomar una flor, una tierna rosa roja, y comenzar a arrancarle los pétalos. Y, como algún ingenuo enamorado, iniciar la secuencia: ¿me quiere?... ¿no me quiere?..., para terminar con la hojilla de la suerte. Especie de candorosa ruleta rusa.
Miro a mis hijas. Me detengo en la mayor entrando en la adolescencia, en su estilo de rebeldía porque sí, de no hacer silencio ni siquiera ante los regaños más duros; y entonces me percato de que mis días infantiles han quedado lejos. A veces poso con solemnidad mientras ellas lucen ante mí estallantes de energía, inquietas, ávidas de cuanta moda musical o de otra naturaleza vuelan de cerca.
Las primeras elecciones luego del fin de un conflicto civil de casi tres décadas, ratificaron ampliamente el liderazgo del actual presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, para un segundo período de mandato.
Ella, la santa patria, impone singular reflexión; y su servicio, en hora tan gloriosa y difícil, llena de dignidad y majestad. Este deber insigne, con fuerza de corazón nos fortalece, como perenne astro nos guía, y como luz de permanente aviso saldrá de nuestras tumbas. José Martí (Patria, Nueva York, 17 de abril de 1894)